¡A sus puestos!

Rosalía nació el 20/10/1975 en el barrio de Chamberí (Madrid), considerado probablemente como el más castizo de la ciudad, hecho del que se siente muy orgullosa, pero esto no impide que se emocione al hablar de Hortaleza, el barrio que la vio corretear, jugar y crecer hasta convertirse en un referente del deporte Paralímpico.

Rosalía ya apuntaba maneras, pues una de las características que más recuerdan sus padres de la época en la que tansolo era un bebé, era la de habérsela encontrado en varias ocasiones agarrada a los barrotes de la cuna sin parar de saltar.

El colegio Sagrado Corazón de Jesús de Madrid fue el responsable de su educación escolar y de que tuviera el primer contacto con el deporte. En cuarto de EGB pasó a formar parte de las filas del equipo de baloncesto del colegio, y al siguiente año fue seleccionada para participar en la liga escolar, tres años más tarde Rosalía impartió una asignatura optativa de atletismo y el colegio organizó las primeras Olimpiadas, la futura atleta participó en baloncesto, relevos y salto de altura, en las competiciones de equipo quedó junto a sus compañeras primera, mientras que en la prueba individual finalizó cuarta, no obstante, el colegio decidió premiarla con el trofeo al mérito deportivo, esto representó el primer reconocimiento a su esfuerzo y tenacidad.

Sin duda que el tartán la había marcado considerablemente y fue entonces, cuando junto a sus padres decidió entrar a formar parte del equipo de atletismo de Madrid para personas ciegas y deficientes visuales de la ONCE y lo que comenzó como un hobby acabó por convertirse en una forma de vida, de manera que dejó el baloncesto para dedicarse por completo a su pasión, hecho que no le hizo ninguna gracia a su profesor de educación física.

¡Listos!

A Rosalía le diagnosticaron al poco tiempo de nacer cataratas congénitas, una patología hereditaria que también padecían su hermana mayor, su madre y varios familiares, así pues desde bien pequeña que tuvo contacto con la ONCE, sin embargo disponía de un resto visual muy funcional, el cual le permitía llevar una vida completamente normal.

1992 es un año que Rosalía no podrá olvidar, pues junto a Eleuterio Antón, entrenador que la inició en su andadura atlética, participó en su primer campeonato internacional asistiendo al europeo de menores y clasificándose para los que fueron también sus primeros Juegos Paralímpicos, Barcelona 92, un recuerdo que aún hoy le hacen aparecer unas inevitables lágrimas cada vez que habla de ello. Tras los juegos pasó a entrenar con Pedro Maroto hasta el año 2003 y junto a él participó en Atlanta 1996 ganando su primera medalla paralímpica y Sidney 2000 en donde consiguiera el tan deseado oro paralímpico y entre Paralimpiada y Paralimpiada, no dejó de arrasar en los diferentes mundiales y europeos.

Debido a su afán de superación y gracias en parte a Pedro Maroto por sus ánimos, en 1996 decidió realizar la licenciatura en Educación Física en el INEF de Madrid, reto que superó unos años más tarde con mucha perseverancia, siendo la primera mujer con discapacidad en realizar esta carrera, sin dejar ni por un instante la práctica de su deporte.

El camino del deportista no es fácil y Rosalía es el más claro ejemplo de ello, pues en 1997 tuvo que afrontar una operación del ligamento cruzado anterior de recuperación muy dura y tediosa, hecho que le hizo plantearse seriamente su continuidad como atleta de élite, pero volvió a aparecer la Rosalía ambiciosa, la Rosalía competitiva y la Rosalía que nunca se rinde y gracias al apoyo de los suyos volvió más fuerte que nunca para cosechar nuevos triunfos.

¡Ya!

En el año 2003 cambió una gran ciudad por otra, teniendo yo gran parte de culpa en esta decisión. Rosalía dejaba su querida Madrid para venirse a vivir conmigo a Barcelona concretamente en Hospitalet del Llobregat y como si de un salto de longitud se tratara, Rosalía supo afrontar la adopción catalana sin problemas con la alegría y determinación que la caracteriza, eso sí, siempre con su ciudad natal en el corazón.

En esta nueva etapa de ya nuestras vidas, se puso bajo la supervisión de Miguel Ángel Torralba, entrenador con el que finalizaría su exitosa carrera deportiva en el 2009, no sin antes acreditar en este periodo sus marcas personales en el salto de longitud, los 100m, ganar una medalla de plata en Atenas 2004 y participar en sus quintos y últimos Juegos Paralímpicos de Beijing 2008.

Rosalía se siente muy orgullosa de haber tenido en su poder el record del mundo de salto de longitud durante varios años, de haber militado en grandes clubs estatales totalmente integrada como el Seur de León, MG Madrid, Integra 2, Club Atlètic Manresa o el F.C. Barcelona. También es de gran satisfacción para ella, haber sido la primera atleta con discapacidad en competir en división de honor.

En Barcelona amplió sus conocimientos académicos a su licenciatura de INEF, ya que no se lo pensó dos veces cuando la Salle y el Instituto Johan Cruyff, le brindaron la oportunidad de cursar un MBA en gestión deportiva junto a deportistas olímpicos.
 

 

 

 

 

 

 

¡La carrera continúa!

En la actualidad Rosalía trabaja en la Federación de Deportes Catalana para personas con Parálisis Cerebral, se dedica en cuerpo y alma a nuestra hija Egara y me apoya incondicionalmente en mi carrera deportiva.

Rosalía quiere agradecer a la ONCE todo lo que ha hecho para que personas con discapacidad en general y con ceguera o deficiencia visual en particular, puedan realizar deporte social y de alta competición, pues considera que la Organización de Ciegos Española, ha sido la principal impulsora del deporte Paralímpico y de los valores que este transmite, llegados a este punto, no se puede olvidar del apoyo que siempre le han mostrado sus padres y familiares así como sus amigos, dice que sin ellos hubiera sido imposible llegar hasta donde ha llegado y conseguir todos los éxitos que ha conseguido. Finalmente agradece al deporte todo lo que le ha dado, ya que toda su vida a girado y gira en conjunción de este...